Entenderse y no morir en el intento
- Andrea Idárraga Rivera
- Jun 28, 2023
- 3 min read
¿Sabes qué es la comunicación organizacional?
La comunicación organizacional se refiere al conjunto de estrategias, procesos y prácticas que se utilizan para facilitar la fluidez de la información, promover la participación, la colaboración, fortalecer la identidad y la imagen de una organización tanto interna como externamente. Se podría decir que este proceso es como el sistema nervioso de una empresa, pues funciona como canales que permiten que la información viaje de manera eficiente y efectiva entre todos los miembros de una organización. Pero, ¡alto ahí! No estamos hablando sólo de enviar correos electrónicos o convocar un millón de reuniones triviales. La comunicación organizacional va más allá, porque es la clave para construir equipos fuertes, alinear metas, resolver conflictos y, evitar que cualquier situación se convierta en una versión empresarial de "Juego de Tronos".
La pregunta es, ¿por qué falla la comunicación en las empresas? bueno, y también en las familias, en las parejas y en las relaciones humanas en general…
¡Ah, la comunicación!... A veces parece que está tan lejos como el último asiento de la sala de juntas, pero en realidad, el problema radica en nosotros, los seres humanos porque Sí, somos complicados, tenemos diferentes estilos de comunicación, personalidades diversas e incluso, en algunos casos, egos del tamaño de un elefante africano. ¡Ahí está el problema!
En las próximas líneas, podrás evidenciar algunas de las razones más comunes por las que la comunicación se convierte en la gran falencia de las empresas:
Jugamos al teléfono roto: A veces, cuando la información pasa de un área a otra o de un compañero a otro, sufre “transformaciones misteriosas”. Un simple mensaje puede volverse irreconocible al final del día. Es como el juego que todos una vez jugamos, en el que susurramos un secreto al oído del compañero de al lado y, al final, todos nos reímos porque el resultado es un completo desastre. Bueno, en las empresas, ese desastre no es tan gracioso. No hacer retroalimentación de lo que decimos y suponer que todos entienden el mismo mensaje de la misma forma es arriesgarse un poco.
Tenemos miedo al feedback: Imagina que tienes una gran idea, pero no te atreves a compartirla porque temes ser juzgado o rechazado. Ese miedo al feedback puede hacer que las empresas pierdan oportunidades de oro.
No usamos los canales adecuados: ¿Alguna vez has intentado enviar un mensaje importante por el canal equivocado? Como ese famoso correo electrónico que se perdió en el limbo cibernético o el anuncio que nadie vio en el tablón de anuncios de la empresa. Si los canales de comunicación no son claros, accesibles y eficientes, terminaremos sintiendo que estamos lanzando mensajes en botellas al mar.

Para cambiar este panorama y sentirnos más cómodos en nuestros ambientes de trabajo podemos incorporar dos estrategias infalibles:
Escuchar: Deja de pensar en lo que vas a decir después mientras alguien más habla. En lugar de eso, escucha activamente y muestra un interés genuino. Quién sabe, podrías escuchar una historia fantástica o descubrir ideas brillantes.
Preguntar: Si algo no está claro, no tengas miedo de hacer preguntas. No te quedes con la duda y evita malentendidos innecesarios.
Ahora bien, en estos tiempos nos preguntamos, ¿será mejor la comunicación presencial o tal vez nos quedamos solo con la virtualidad? En realidad, en materia de comunicación organizacional estos medios no deberían ser excluyentes ya que podemos aprovechar ambos obteniendo lo mejor de cada uno. Por ejemplo, sentarnos a tomar un café mientras deliberamos asuntos importantes, desatrasamos cuaderno y construimos nuevos recuerdos nos revitaliza; y, a su vez, aprovechar las maravillas tecnológicas como herramientas de colaboración en línea, chats de equipo y plataformas de gestión de proyectos nos permiten acercarnos y consolidar equipos de trabajo altamente efectivos.
En fin, la comunicación organizacional puede ser un verdadero desafío. Pero al comprender los obstáculos comunes y aplicar estrategias efectivas, podemos romper las barreras y construir un entorno de trabajo más armonioso y productivo. Así que, la próxima vez que te encuentres envuelto en una encrucijada, recuerda: ¡Elige bien tus palabras, el tono (o el tamaño de la letra) y conecta con tu equipo!
Cambio y fuera.
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